lunes, 6 de junio de 2016

Luis Merlo: “Siguen llamándome Mauri”




















Luis Larrañaga Merlo llegaba tarde al encuentro. Había tenido que callejear para evitar a fotógrafos y reporteros que ansiaban indagar en sus entrañas. Tras entrar en el teatro, el actor condujo a esta redactora a su camerino. Un habitáculo de paredes rojas con una estrella en la puerta con su nombre fue el lugar elegido para la entrevista. Entre risas afirmó que su infancia fue atípica. Sus padres, Carlos Larrañaga y María Luisa Merlo, se pasaron su juventud de gira, por lo que se crió entre telones, luces y guiones. Desde un primer momento, Merlo tuvo claro su futuro: quería ser actor. “En el año 72 yo veía una España oscura, y llegabas al teatro y todo era luz”, recuerda.




















Pasó su adolescencia con su abuelo, Ismael Merlo, del que obtuvo su apellido.
— Fue su mayor apoyo, ¿cómo era él?
— Era una persona sólida, capaz de no mostrar su dolor para que no te creara un conflicto. Me dijo: “¿Quieres ser actor? Entonces prepárate, estudia para ser actor”.
Luis Merlo empezó con 16 años trabajando en teatro y desde entonces no se ha movido de los escenarios. En numerosas ocasiones se ha visto como el más firme crítico de su familia aunque con un matiz. “Me despego por completo, soy igual de exigente que con cualquier compañero”, reconoce. Durante más de tres años, Merlo estuvo viviendo en la calle Desencanto, 21, interpretando a Mauri en “Aquí no hay quien viva”, “un homosexual emocionalmente inseguro”.
 Ha cambiado mi vida. En su día era “trabaja mucho y algún día serás famoso”, y ahora es “sé famoso y puede que trabajes mucho”. Yo había hecho otras cosas en televisión, “Canguros”, con mi cuñada Maribel Verdú, “Abierto 24 Horas” con Pilar Bardem,… Y me llegó este personaje, que al final era un neurótico adorable. Socialmente Mauri ha hecho que la gente no catalogue a las personas por su condición sexual, sino por su condición humana.
Pese a que este personaje le ha marcado -“la gente me ha visto siendo Allan Felix en teatro, Héctor de la Vega en televisión y aún me sigue llamado Mauri”- Merlo tiene claro que no se ha estancado. Tras hacer “Aquí no hay quien viva”, trabajó en “El Internado”, donde cambió de registro. La serie estaba en manos de Globomedia y contaba con actores como Amparo Baró, Natalia Millán y jóvenes promesas como Yon González o Martín Rivas.
— Yo nunca he escogido un papel solo por un personaje. Por muy bello que sea, si hay mal director, si hay mal equipo, el resultado no puede ser bueno.
— Martín Rivas le describió como “el actor más generoso que he conocido jamás”.
— Martín representa todo lo que admiro en los jóvenes: el deseo de aprender y de trabajar duro. Me gusta ayudar a la gente joven porque todavía recuerdo quién se portó bien conmigo y quién no.
En esta primera categoría, Merlo nombró a Nuria Espert. De aquellos que no se portaron tan bien no quiso dar nombres, pero sí pistas: “Uno de ellos es un autor muy reconocido y a mí me parece el peor autor de España”.
Merlo se describe a sí mismo como una persona curiosa, cualidad que relaciona directamente con la juventud y que le ha llevado a vivir experiencias inolvidables, como conocer el bikram yoga.
— Tras siete años de duro trabajo, se alejó de los escenarios durante un año…
— Si haces dos medios que se pelean en horarios como son el teatro y la televisión, solamente le puedes quitar horas a una cosa: el sueño. Tuve que parar y decidí que pasara lo que pasara no iba a trabajar. Empecé con piano, me dediqué a mi pareja y a mis amigos… Me parece una vergüenza quejarse del trabajo pero las circunstancias de cada uno son las que son.
La hora de la función estaba cerca, pero Merlo no quiso despedirse sin citar la fama, principal desventaja de su profesión. A pesar de ello, afirmó que “no hay paparazzi persiguiendo a quien no quiere ser perseguido”. Entonces esta redactora recuerda su huida desesperada entre las calles de Madrid..

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